Dangling Pink Hearts

martes, 22 de julio de 2014

El sobrepeso en los niños

                                        



Salud y alimentación de los niños
“Alimentación Saludable en la Escuela”
En el siguiente trabajo se analizará la salud y alimentación de los niños, las enfermedades, los síntomas, los posibles tratamientos. Como influyen en el aprendizaje y el rol del docente como promotor de salud. El tema elegido para analizar fue el sobrepeso y la obesidad. Primero presentare un marco teórico de los conceptos básicos que competen este trabajo investigativo.
En la niñez es fundamental alimentarse saludablemente para crear buenos hábitos de vida.  Marco teórico
El concepto de salud según la Organización Mundial de la Salud tiene una definición concreta: Salud es el estado completo de bienestar físico y social que tiene una persona. Esta definición es el resultado de una evolución conceptual, ya que surgió en reemplazo de una noción que se tuvo durante mucho tiempo, que presumía que la salud era, simplemente, la ausencia de enfermedades biológicas. La  OMS revisó esa definición y finalmente la reemplazó por esta nueva, en la que la noción de bienestar humano trasciende lo meramente físico.
El doctor Floreal Ferrara tomó la definición de la OMS e intentó complementarla, circunscribiendo la salud a tres áreas distintas:
La salud física, que corresponde a la capacidad de una persona de mantener el intercambio y resolver las propuestas que se plantea. Esto se explica por la historia de adaptación al medio que tiene el hombre, por lo que sus estados de salud o enfermedad no pueden estar al margen de esa interacción.
La salud mental, el rendimiento óptimo dentro de las capacidades que posee, relacionadas con el ámbito que la rodea. La salud radica en el equilibrio de la persona con su entorno de ese modo, lo que le implica una posibilidad de resolución de los conflictos que le aparecen.
La salud social, que representa una combinación de las dos anteriores: en la medida que el hombre pueda convivir con un equilibrio psicodinámico, con satisfacción de sus necesidades y también con sus aspiraciones, goza de salud social.
La OMS, luego de caracterizar el concepto de salud, también estableció una serie de componentes que lo integran: el estado de adaptación al medio (biológico y sociocultural), el estado fisiológico de equilibrio, el equilibrio entre la forma y la función del organismo (alimentación), y la perspectiva biológica y social (relaciones familiares, hábitos). La relación entre estos componentes determina el estado de salud, y el incumplimiento de uno de ellos genera el estado de enfermedad, vinculado con una relación triádica entre un huésped (sujeto), agente (síndrome) y ambiente (factores que intervienen).
El saber cómo alcanzar la salud conlleva una intervención de transformación o refuerzo de los factores que influyen en la salud; intervención en gran medida comunitaria, ya que el grado de salud, como ya se expresó,  también depende de factores sociales.
Alimentación: Es el conjunto de procesos que permite a los organismos utilizar y transformar los nutrientes para mantenerse vivos. Pero aún es más, es la base necesaria para un buen desarrollo físico, psíquico y social de los niños. Una alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana.

Relacionando ambos conceptos se puede decir entonces, que  la alimentación es un elemento importante en la buena salud.  Una persona bien alimentada tiene más oportunidades de:
    • Desarrollarse plenamente
    • Vivir con salud
    • Aprender y trabajar mejor
    • Protegerse de enfermedades.
La alimentación variada asegura la incorporación y aprovechamiento de todos los nutrientes que necesitamos para crecer y vivir saludablemente.
Alimentarse saludablemente, mejora la calidad de vida en todas las edades.
Los niños necesitan una alimentación balanceada en todos los aspectos. No puede faltar la proteína que es importantísima para que los músculos se desarrollen y puedan crecer fuertes y saludables. Es importante además implementar calcio para que los huesos estén fuertes. Básicamente el niño debe comer de todo, harinas, dulces, frutas y verduras, a no ser que tenga alguna alergia o intolerancia, lo cual debe ser tratado con más profundidad.
En definitiva  una buena alimentación es vital para que el niño crezca sano y fuerte. Comer bien afecta no sólo a su crecimiento físico, sino también a su desarrollo intelectual.
Una buena nutrición y una buena salud están directamente conectadas a través del tiempo de vida, pero la conexión es aún más vital durante la infancia. Durante este período, los niños pueden adquirir buenos hábitos alimenticios en lo que se refiere a la variedad de los alimentos y al sabor de las comidas.

Una nutrición correcta se hace imprescindible para lograr un estado saludable.
De hecho, la mayor parte de las enfermedades actuales guardan una estrecha relación con la dieta alimenticia (ej., la diabetes, la caries dental). Una buena práctica nutricional se caracteriza por una dieta equilibrada, que contenga todas las sustancias nutritivas esenciales (ej., minerales, vitaminas, proteínas), y un consumo adecuado, evitando una ingesta excesiva de alimentos. O dicho de otro modo, la dieta saludable es aquella que minimiza el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la nutrición (Hegsted, 1984).  Además de agua, los alimentos contienen cinco tipos de componentes químicos que aportan nutrientes específicos para el buen funcionamiento del organismo: carbohidratos, lípidos, proteínas, vitaminas y minerales (Holum, 1987).

Cabe señalar que entre los hábitos alimenticios más recomendables para implantar, se encuentran la disminución del consumo de  grasas animales, aumento del consumo de leche, patatas y especialmente verduras, frutas y alimentos de alto contenido en fibra, reducir el consumo de azúcar, dulces y harinas refinadas y evitar el consumo excesivo de alcohol. 

Hoy existen en el mundo alrededor de 42 millones de niños y niñas con sobrepeso, de los cuales más del 80% viven en países en desarrollo.


Alimentarse correctamente quiere decir comer diariamente de los tres grupos de alimentos: verduras y frutas, cereales y tubérculos, leguminosas como el frijol y alimentos de origen animal.


La OMS define la obesidad como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”, y que afecta “a todas las edades y grupos socioeconómicos”.
El sobrepeso y la obesidad, son un problema de salud pública que además está calificada como una de las epidemias del siglo XXI. Consecuencia  del sedentarismo, la inactividad física.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), han alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial.
Se puede  que distinguir el sobrepeso de la obesidad. Una persona tiene sobrepeso cuando su peso está por encima del aconsejado en relación con la talla, y esto se calcula con el IMC o índice de masa corporal.
El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla (altura) Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
Se considera que existe sobrepeso cuando el IMC se encuentra entre 25 y 29,9, mientras que a partir de un IMC 30 se considera que la persona es obesa. Diversos estudios han relacionado el sobrepeso durante la infancia con la obesidad al alcanzar la edad adulta, y los profesionales médicos advierten que hay que prevenir y tratar los problemas de peso desde la niñez para evitar que estos trastornos.

La  causa del sobrepeso y la obesidad
Básicamente, el sobrepeso y la obesidad son producto de una alteración en el balance de energía entre las calorías consumidas y gastadas.
En la actualidad, a nivel mundial se dan en paralelo dos situaciones que generan el aumento de problemas y desbalances en tal sentido:
•             Un aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos que son ricos en grasa, sal y azúcares simples pero pobres en fibra, vitaminas, minerales y otros micronutrientes;
•             Un descenso en la actividad física como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente urbanización.
La  infancia es la etapa de la vida en la que comienzan a establecerse las costumbres o hábitos alimentarios y a partir de la adolescencia, estos hábitos adquiridos se hacen más resistentes al cambio. Una alimentación sana ayuda al buen crecimiento y desarrollo de los niños, incluyendo el éxito escolar. Lo que se intenta ayudar que los niños/as tomen conciencia, de lo importante que es comer las cantidades recomendadas de los principales grupos alimenticios y dentro de estos, una variedad de alimentos nutritivos para obtener suficientes vitaminas, minerales y otros nutrientes necesarios para la buena salud. Ya que la realidad demuestra que la mayoría de los niños no consumen  grupos alimenticios de granos y de frutas y verduras, lo que genera un déficit de fibra. Tampoco consumen suficiente calcio, potasio, magnesio y vitamina E.

Un IMC elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, como: enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial e hipercolesterolemia. El exceso de peso supone una sobrecarga para los huesos y el aparato locomotor, disminuye la tolerancia al ejercicio físico, y provoca problemas respiratorios.  A demás de  trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones, muy incapacitante); algunos cánceres (del endometrio, de mama y de colon).
La obesidad también tiene consecuencias negativas para la piel, ya que favorece el desarrollo de infecciones en los pliegues, y la aparición de hematomas ante mínimos traumatismos. Los niños obesos tienen un riesgo considerablemente mayor de padecer estas enfermedades y de desarrollar obesidad mórbida, la forma más grave del trastorno, al llegar a la edad adulta.


"Recordar que la alimentación es un hábito que se adquiere en el seno familiar"

Síntomas  de la obesidad en niños pequeños:
•    Mayor facilidad para padecer hipertensión e hipercolesterolemia.
•    Baja adaptación al ejercicio.
•    Mayor facilidad para padecer episodios de asma.
•    Problemas psicológicos como aislamiento, depresión y ansiedad derivados del aislamiento y las burlas de sus compañeros, o la dificultad para rendir en los deportes y juegos.
•    Dificultad para dormir bien, que se deriva de los ronquidos y despertares frecuentes.
•    Se puede producir una infiltración grasa del hígado.
•    Cuadros a nivel neurológico que llegan a simular tumores cerebrales por aumento de la presión intracraneal.

El Sobrepeso influye en el aprendizaje de los niños/as ya que  suelen ser objeto de burlas y rechazo por parte de sus compañeros. Esta exclusión crea problemas psicológicos que se pueden extender hasta la vida adulta. Algunos de los problemas psicológicos más comunes son:
Baja autoestima: La autoestima es cómo se ve uno mismo. Cuando una persona tiene baja autoestima suele describirse en términos negativos y cree que no es tan bueno como el resto de las personas. Un niño que siente rechazo por ser obeso puede tener muy baja autoestima y arrastrar esta falta de autoestima hasta la vida adulta.
Percepción negativa de la imagen corporal: Según las encuestas, nueve de cada diez niños obesos se sienten avergonzados de su aspecto y creen que si pierden peso dejarán de ser objeto de burlas.
Depresión: Para algunos niños, la tristeza y el aislamiento causados por el rechazo pueden derivar en depresión. La depresión es una enfermedad seria que implica trastornos químicos en el cerebro y tiene que ser tratada. Los niños no pueden resolver este problema por sí solos.
En definitiva, las consecuencias psicológicas de la obesidad son muy reales para la mayoría de los niños obesos, que necesitan la ayuda de los adultos y profesionales para superarlas.


PROMOVER ACCIONES DE EDUCACIÓN PARA FOMENTAR ESTILOS DE VIDA, DEBE SER UN COMPROMISO POR PARTE DE TODOS.

               Tratamiento y prevención de la obesidad infantil




La prevención de la obesidad infantil debe comenzar en los primeros años de vida del niño, ya que unos correctos hábitos alimenticios y un estilo de vida saludable, inculcados desde la infancia, son más fáciles de mantener durante la adolescencia y la adultez, y constituyen las mejores armas para evitar el sobrepeso.
La detección precoz y la instauración de medidas higiénico-dietéticas adecuadas pueden corregir el problema antes de que vaya a más. La intervención alimentaria debe estar orientada a conseguir que el peso del niño disminuya, pero sin interferir en su crecimiento y desarrollo. Lo más efectivo es confeccionar un menú equilibrado, que incluya todos los alimentos necesarios en las cantidades adecuadas, y establecer unas pautas de ejercicio físico, reduciendo todo lo posible las actividades sedentarias.
Los objetivos en el tratamiento de la obesidad infantil se establecen a largo plazo, ya que es conveniente que la pérdida de peso sea lenta y progresiva y lo que se persigue, además de eliminar el sobrepeso, es establecer un estilo de vida saludable, basado en una alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio físico. Por ello para mantener buena salud y un peso sano, los expertos recomiendan que los niños realicen por lo menos 60 minutos diarios de actividad física moderada.
Otras recomendaciones:
Ø  Controlar el tamaño de las porciones para que los niños no consuman más calorías de las que necesitan, especialmente en los alimentos y bebidas menos nutritivos que contienen azúcar agregada y grasas sólidas, saturadas y trans.
Ø  Encontrar un equilibrio entre la cantidad de alimentos que comen y la actividad física que realizan regularmente para desarrollar un peso saludable. Realizar actividades físicas en familia permite pasar tiempos juntos y divertirse mientras se mantienen en buena forma. Salgan de paseo, den caminatas o vayan a nadar o a jugar boliche
Ø  Sea un ejemplo. A los  niños les encanta imitar, así que si el adulto se  alimenta bien y realiza actividades físicas es más probable que ellos también lo hagan. Tener una actitud positiva y demuéstrales que los hábitos saludables,  como probar alimentos nuevos y dar una caminata diaria son entretenidos y nos  hacen sentir bien.
Ø  Es muy importante que la familia se involucre en este cambio de hábitos de vida, procurando realizar las principales comidas juntas, cuando esto sea posible, y participando en los deportes y actividades lúdicas activas junto al menor.


En este contexto, para luchar contra la epidemia de obesidad infantil y sus enfermedades asociadas, la responsabilidad individual no es suficiente. El papel de los gobiernos es fundamental, y por ello deberían:
   
Asumir un compromiso político sostenido en el diseño y adopción de políticas para reducir la obesidad infantil.

     Implementar políticas para garantizar a toda la población el acceso a alimentos saludables y disminuir el consumo de alimentos no saludables.
   

          Implementar políticas para que todos los sectores sociales puedan tener acceso a la actividad física periódica.


     Involucrar a múltiples actores (organismos internacionales y nacionales, la sociedad civil y las empresas privadas) pero en un marco que evite caer en conflictos de interés que atenten contra el desarrollo de las políticas públicas eficaces.

En palabras de Carolina Muro, directora de la Unidad de Nutrición de FIAB,  añade que “la solución debe partir de una mayor educación sobre alimentación y hábitos de vida saludables desde la infancia. La concienciación y responsabilidad de padres e hijos en este ámbito es absolutamente necesaria para que el menú semanal de los menores sea equilibrado, variado y rico en los nutrientes necesarios y que sus hábitos de vida sean saludables”.
No obstante, la educación no sólo debe centrarse en inculcar pautas de alimentación, sino que, además,  también se requiere hacer una llamada de atención especial al preocupante aumento de sedentarismo en nuestro país, especialmente entre la población infantil, que se erige como uno de los principales factores de riesgo para la aparición de la obesidad.
Para ello, tanto desde la escuela, el instituto o desde otras actividades extraescolares se debe propiciar el ejercicio físico en la población infanto-juvenil para que se frene esta tendencia en auge.
La escuela juega un importante papel en la prevención de la obesidad ofreciendo a los niños información sobre los aspectos nutricionales de los alimentos y cuáles son los hábitos alimentarios que deben adoptar para mantener una buena salud. Es importante considerar que los hábitos alimentarios, higiene y estilos de vida saludables se asimilan e integren a la personalidad durante los primeros años de vida, consolidándose hasta perdurar incluso en la edad adulta.
Desde el nivel inicial si tenemos en cuenta que debemos cuidar todo lo que ingerimos para que no nos haga daño, sabiendo  que la alimentación saludable es lo importante de nuestra vida, y la de los niños/as para   mantenernos  activos y con energía. La idea es desarrollar en la clase una serie de actividades y experiencias para  favorecer la adquisición de competencias y que los niños/as tengan  mayor conciencia sobre lo que necesitan comer diariamente  y la importancia de  consumir todos los grupos de  alimentos sanos,  para crecer, desarrollase y estar sanos.

Como por ejemplo con la siguiente actividad Para una sala de 5 años de unos 15 niños y niñas.   Se  busca que los niños comprendan la importancia que tiene una alimentación rica y equilibrada para el cuidado de nuestra salud.
Objetivo: Que reconozca la importancia y los beneficios de una alimentación equilibrada,
Contribuir a reducir problemas de salud relacionados con la alimentación, y en definitiva a mejorar los hábitos alimenticios.
Como objetivo último que se persigue  un cambio de las actitudes del grupo, que repercutan en el  ámbito familiar y social.
Expectativas de logro: Que  Identifique, entre los productos que existen en su entorno, aquellos que puede consumir como parte de una alimentación correcta.
Contenidos:
•             Reconoce la importancia y características de los alimentos saludables.

Actividad: Para iniciar la  actividad  "tiempo de compartir"  se presentaran con algunas láminas ilustrativas diferentes alimentos conocidos por los niños y posteriormente cuestionar a los pequeños para motivar sus intervenciones. ¿Qué son los alimentos? ¿Qué alimentos consumen? ¿En qué momento del día se alimentan? ¿Qué alimentos les  gustan más? Permitiendo que  compartan sus saberes previos sobre los alimentos. 
Luego plantear ¿Cuál es la importancia de la alimentación saludable? ¿Qué nos aportan los alimentos? ¿Qué es el plato del buen comer? así poder  introducir los  grupos de alimentos y porciones diarias recomendadas. Plantear que una dieta para que sea equilibrada debe aportarnos todos los nutrientes básicos y la fibra necesaria a nuestras necesidades, a base de ingerir diversos alimentos de los cuatro grupos básicos: cereales, frutas y vegetales, productos lácteos y carnes y pescados (Nelson, 1984).
Para transmitirle el mensaje, de lo importante de comer sano y variado. Colocaremos  alimentos de varios colores y sobre un plato de cartón o plástico en el centro de  cada mesa de cinco chicos, le entregamos un plato a cada uno. Para realizar esta actividad podemos  utilizar modelados de alimentos de los tres grupos cereales frutas verduras hechos con cartulina, foami o recortes de revista esto les permitirá comenzar a manejar raciones. Y proponerles que armen su plato de comida.  Preguntar ¿Sabes qué te aportan los alimentos?¿Sabes qué beneficios aporta cada grupo de alimentos a tu cuerpo?
Para el final entre todos  un collage para la clase para colgar en tu aula de preescolar como un recordatorio de la elección de alimentos saludables.




                ROL DEL DOCENTE COMO PROMOTOR DE LA 
                              SALUD FÍSICA Y MENTAL



Uno de los actores medulares en la transición hacia una escuela promotora de la salud, es sin duda el docente, ya que su función formadora de actitudes y valores positivos para la salud, trasciende en la vida de sus alumnos, así como en el entorno escolar, familiar y comunitario. De aquí, la importancia de su papel en el desarrollo de una nueva cultura de la salud, en la formación integral del estudiante, promoviendo prácticas saludables y la creación de entornos seguros, sanos en el aula y en la escuela.
Al  promover el desarrollo de competencias orientadas a identificar y modificar los determinantes de la salud, entendidos éstos como todas aquellas causas y condiciones que por sí solas o de manera conjunta, favorecen o afectan la salud y la de su entorno.
El docente debe servir de guía y orientador, de sus alumnos, con compromiso con responsabilidad, ser  modelo  de principios es  darle en el salón de clases, las herramientas necesarias para su protección y cuidado  físico como mental, tanto intelectual como emocional,  esto se va dar mediante las actividades diarias. Desarrollando la práctica con paciencia, sensibilidad, alegría y espontaneidad.
Se debe explicar a los niños los peligros que contienen ciertas actividades. Orientarlos mediante los contenidos diarios la prevención de enfermedades.
Se  trata de promover, fomentar y permitir la adquisición de habilidades personales y sociales que conduzcan a crear valores y actitudes positivos hacia la salud, como: la capacidad en la toma de decisiones personales, la participación, el auto cuidado de su salud, la solidaridad, cooperación e igualdad, elementos que deben estar acordes al desarrollo físico, mental y sociocultural del niño, OPS,(2003)

El  objetivo fundamental es formar futuras generaciones que dispongan de conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para promover y cuidar su salud, la de su familia y su comunidad, así como crear y mantener ambientes de estudio, trabajo y convivencias saludables. Está fundamentada en la moderna concepción de salud, definida en la Carta de Ottawa en 1986.
Por ello el entorno escolar debe ser promotor de la salud, asumiendo la responsabilidad de brindar a sus integrantes los medios de sanidad y seguridad necesarios para el logro de dichos objetivos.
Los cuidados que se deben tener en cuenta con el niño para contribuir a su desarrollo armónico en los aspectos biológico, psicológico y social es responsabilidad de los adultos que lo rodean, debido a esto el objetivo primordial será propiciar las mejores condiciones para que pueda construir esas metas. 
Los principales problemas de salud pueden prevenirse con pertinencia desde las escuelas, al promover una nueva cultura de auto cuidado y la conformación de ambientes saludables, a fin de que niños y jóvenes enfrenten con mejores herramientas, propias y colectivas, situaciones que afecten su bienestar.



    “Enseñar exige seguridad, capacidad     
          profesional y generosidad”
                       Paulo Freire.






Bibliografía utilizada:






















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